El reino de Dios es caracterizado por una generosidad incómoda. Es el tipo de generosidad que da a quienes no lo merecen. Y sin importar qué tan injustos hemos sido, nos hace justos delante de Dios. Entonces, ¿qué hacemos cuando enfrentamos estas sumas que no dan? Y, ¿cómo respondemos a este sistema incómodo e injusto al que Jesús nos invita?