Una de las preguntas más normales cuando nos sucede algo desagradable o que no sentimos que sea justo, es ¿Por qué a mí? ¿Qué hice yo para atraer o merecer esto?

Normalmente a esa pregunta no llega ninguna respuesta y solo termina generando más ansiedad o reproches hacia el universo.

Esto pasa porque hay algo que normalmente no se entiende bien en el funcionamiento universal y en este episodio te lo voy a explicar a través de la ley de la correspondencia.

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