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Una vez que al leproso se le rociaba siete veces con la sangre podía entrar el campamento, así como nosotros como una vez que somos limpiados por su sangre, llegamos a ser hijos e hijas del Dios viviente y miembro de su familia.
By Pastor Juan Interiano4.7
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Una vez que al leproso se le rociaba siete veces con la sangre podía entrar el campamento, así como nosotros como una vez que somos limpiados por su sangre, llegamos a ser hijos e hijas del Dios viviente y miembro de su familia.