Hoy quiero hablarles de la manifestación de los hijos de Dios.
En estos tiempos estamos expectantes de las cosas que van a ocurrir allá afuera y como que esperamos que las cosas de afuera sucedan y las de adentro, en nosotros. Como que no necesitamos salir, y no nada más es así.
Leer Daniel 12:4
Una de las señales que aquí dice es que multitudes correrán. Hay una prisa. Es probable que se refiera a movimientos masivos. Cuando vemos las noticias y vemos el movimiento masivo de la migración de personas esto es parte de una profecía que se refiere a la profecía que le dijo el ángel a Daniel.
También dice que la ciencia aumentará, y cuando habla de la ciencia vemos que la tecnología se ha disparado en estos últimos tiempos.
Y esta ciencia nos ha dado como mucha seguridad, y como que el hombre casi casi no necesita de Dios porque la tecnología le resuelve muchas cosas. Y este pensamiento existe en el corazón actual de muchos jóvenes, universitarios, profesionistas. Como que la ciencia ha sido como una muleta para la humanidad.
¿Nunca se han puesto a reflexionar qué pasaría si Dios pone pausa a todo esto de la ciencia? Por ejemplo, ¿qué pasaría si una lluvia de aerolitos le pega a los satélites allá, arriba, y de repente se colapsa el internet? ¿Cómo le haríamos para comunicarnos?
Sin embargo, estamos dependiendo de esa ciencia que se habló en Daniel, que iría en aumento.
Y cada día que pasa nos damos cuenta que somos más vulnerables.
Aquí lo importante es preguntarnos: ¿Cuál es nuestra parte en todo esto?, ¿cuál es la parte de la Iglesia?
Leer Romanos 8:18-19
Hace más de 2 mil años el apóstol Pablo habló de las aflicciones del tiempo presente, y hoy estamos viviendo una gran aflicción.
La palabra manifestación que se menciona aquí no es en sí a hacer mítins con pancartas o altavoces, es salir detrás de un velo y darse a conocer. La Iglesia está ahora en ese precioso momento. Ésa es la manifestación de los hijos de Dios y éste es el tiempo. Estamos preparándonos, tal vez inconscientemente. Dios está gestando algo en nosotros en estos tiempos para salir y dar a conocer a Cristo, su Palabra y su poder.
Te quiero hacer otra pregunta. ¿Qué pasaría si de repente se colapsan los satélites, la luz, la economía…? Pues no debemos temer, porque en Génesis 1:2 dice que el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Por encima del caos, del vacío, de las tinieblas. ¡Por encima!
Y los que hemos creído que Jesucristo es nuestro Señor, nuestro Salvador, quien murió por nosotros en la cruz, al recibirlo recibimos al Espíritu Santo, quien ahora mora en nosotros, en nuestro cuerpo, en este templo que es del Espíritu Santo. Ya mora ahí, ya está entronado en el corazón. Eres un hijo de Dios, pero ahora falta el paso de la manifestación de los hijos de Dios.
Leer Juan 20:19
Los discípulos estaban encerrados en sus casas porque tenían miedo, miedo a los judíos. Así estamos nosotros ahorita, encerrados, pero con miedo al coronavirus.
Pero se les aparece Jesús, que ya había resucitado, y les dice paz a vosotros. Él suelta esta palabra de consuelo. Dios tenía un gran proyecto para sus vidas y ellos ahí mismo ni se imaginaban cuál era el plan de Dios.
Leer Hechos 1:8
Jesús les dice a sus apóstoles que no se muevan de Jerusalén porque iban a recibir poder y le serían testigos.
Dios los estaba pasando de Gloria en Gloria, pero ellos no se han manifestado aún. Siguen recluidos en el aposento alto, guardados todavía.
Pero ya en Hechos 2 de repente llega el Espíritu Santo sobre ellos y se empiezan a manifestar los hijos de Dios, empiezan a hablar en lenguas. Hasta ahí 3 mil personas se convirtieron.
Más adelante, en Hechos 4:29-31, otra vez sufrían persecución y otra vez se volvieron a encerrar, pero ahora ellos empiezan a pedirle a Dios más de Él, y les envía la llenura del Espíritu Santo una vez más y empiezan a manifestarse, a hablar con denuedo la Palabra, con valentía, no tenían pena… y muchas señales y prodigios se iban manifestando.
Estos niveles de expresión son cada día más fuertes. Estamos como en Pentecostés, que los discípulos ni sabían lo que les venía. Así estamos ahorita nosotros. ¡Dios los sorprendió!
Cuando salieron de ese cuarto de encerramiento eran totalmente diferentes, manifestados. El Espíritu Santo estaba saliendo como a flor de piel. Era algo glorioso, grande.
¿Daniel cómo obtuvo conocimientos bastos? ¡Fue sólo con la ayuda del Espíritu Santo! Es una capacidad que va más allá, y por eso quiero animarte y prepararte de que sepas quién es Dios. El Espíritu Santo es Dios mismo. Tenemos algo más que el GPS. Créele al Espíritu Santu.
Los dones del espíritu han ido en aumento, poco a poco se están desarrollando dentro de nosotros. Si estamos en Cristo, leyendo su Palabra, buscando al Señor, esto se está gestando y va a llegar el tiempo en el que nos vamos a manifestar, se van a manifestar los dones de Dios: de sabiduría, de ciencia, de fe, de sanidad, de milagros, de profecía, de espíritus, de lenguas y de interpretación de lenguas (Leer 1 Corintios 12:8-10).
En este encierro estos recursos se están gestando. El espíritu de Dios se va a manifestar más de lo que nos pudiéramos imaginar.