LA MISIÓN DE CRISTO Y EL PERDÓN DE LOS PECADOS
Lección lll, Filosofía Avanzada.
Libro Temas Rosacruces Tomo #1.
Cuando la Tierra era aún una parte del Sol, había un espíritu de grupo único, compuesto de todas las jerarquías creadoras que ejercían el control sobre toda la familia humana.
Pero como existía la intención de que cada cuerpo fuese el templo e instrumento de un espíritu habitante en él, se hizo necesario hacer una división en el gobierno de los hombres. Jehová vino entonces con sus ángeles y arcángeles, operando la primera gran división en razas.
Cada raza fue puesta bajo las órdenes de un Espíritu de Raza, y cada grupo de raza tenía como jefe superior a un Espíritu de Tribu. Jehová encargó, además, a un ángel que actuara como guardián de cada ego hasta que el espíritu individual se hubiera fortalecido bastante para estar plenamente emancipado de toda influencia exterior.
Cierto número de arcángeles (espíritus solares) fueron dados a Jehová como auxiliares para reflejar los impulsos espirituales del Sol sobre la humanidad terrestre en la forma de religiones Jehovistas de raza.
Todas estas religiones de raza eran religiones de ley, según las cuales el pecado era la desobediencia de su ley.
El principio fundamental de una religión de raza es la separación, porque enseña que cada uno debe buscarse a sí mismo a expensas de otros hombres y naciones.
Si este principio fuese llevado a su última conclusión, tendría necesariamente una tendencia cada vez más destructiva, y finalmente frustraría la evolución, si no fuera seguido de otra religión más constructiva.
Por esta razón las religiones separatistas del Espíritu Santo tienen que ceder el paso a la religión unificadora del Hijo.
Por esta razón se hizo necesaria la intervención del Cristo. Bajo el régimen de Jehová la unidad era imposible y por esto el Cristo, que posee como vehículo más inferior, el espíritu unificador de vida, entró en el cuerpo denso de Jesús.
El apareció como hombre entre los hombres y moró en su cuerpo humano, porque solamente desde adentro es posible vencer a la religión de raza que ejerce su influencia sobre el hombre desde afuera.
La expresión "la sangre purificadora de Cristo-Jesús" quiere decir que, cuando corría la sangre en el Calvario, llevó consigo al gran Espíritu del Sol, Cristo, quien por este medio aseguró la admisión de la Tierra, y desde aquel momento ha sido el Espíritu Planetario habitante dentro de la Tierra.
El difundió su propio cuerpo de deseos a través de todo el planeta, purificándolo así de todas las influencias viles que fueron creadas bajo el régimen del espíritu de raza. Bajo la ley todos pecaron, porque no habían evolucionado al nivel, desde donde podían obrar bien por amor.
La naturaleza de deseos se había hecho tan fuerte que resultó ser una imposibilidad para ellos dominarla del todo, y por este motivo sus deudas se habían amontonado en enormes proporciones.
La evolución se hubiera retrasado enormemente y muchos no hubieran podido seguir con nuestra ola de vida, si no se hubiese procurado alguna ayuda.
Es por esta razón qué vino Cristo "para buscar y salvar a los que estaban perdidos". Él quitó el pecado del mundo, (no del individuo), a través de Su sangre purificadora; la cual le permitió la entrada a la Tierra ya su humanidad.
Él purificó al cuerpo de deseos de la Tierra, y a El le debemos que hoy podemos recoger para nuestros cuerpos de deseos, un material más puro que antes.
TEMA DE ESTUDIO
DOMINGO DE SERVICIO DEVOCIONAL DOMINICAL
EXPONENTE
JOSE GREGORIO RIVERA HERNANDEZ
MARZO 2025