Bienvenidos una vez más a El día de la marmota, ese rincón donde detenemos el eterno bucle del día a día para mirar las cosas con calma, aunque sea solo por un rato. Hoy vamos a hablar de algo que parece escapar entre nuestros dedos constantemente: el tiempo. Vivimos corriendo, como si cada segundo fuera una moneda que debemos gastar rápido, como si detenernos un instante fuera un pecado imperdonable. Pero, ¿a dónde nos lleva esta carrera?