En la primera B no creía nadie. Bueno, tal vez solo una persona: Jorge Correa Pastrana, presidente en ese entonces de la Dimayor. 

Pero igual, como todos los milagros a los que asistimos en Colombia diariamente, en abril de 1991 se jugó el primer partido de la segunda división del fútbol colombiano, conocida como la Copa Concasa. 

La B ha cambiado de nombre. Sus equipos han cambiado de nombre. Pero allí continúa, como una fuente de inspiración de historias insólitas, transmutaciones inverosímiles y relatos que confirman su condición de colombiana hasta los huesos. 

En este episodio hacemos un recorrido desde sus inicios, sus equipos, sus estrellas y ponemos el interrogante sobre la necesidad urgente de que después de la B debe llegar irremediablemente la C.