Cuando la actitud y mente positiva son extremas hablamos de un positivismo tóxico que lejos de ayudarnos, nos lleva a ocultar nuestras verdaderas emociones, desasociarnos de la realidad y a larga puede impactar negativamente nuestra salud física.
Cuando la actitud y mente positiva son extremas hablamos de un positivismo tóxico que lejos de ayudarnos, nos lleva a ocultar nuestras verdaderas emociones, desasociarnos de la realidad y a larga puede impactar negativamente nuestra salud física.