La señora JW Gibbons se encontraba fuera de su casa en Ashland, Kentucky, el 23 de diciembre de 1881. Había dejado a sus hijos Robert, de 18 años y a su hija Fannie, de 14, mientras la vecina, Emma Carico (o Emma Thomas), de 17 años, los acompañaría aquella noche previa a la Nochebuena.

Quizá la atmósfera navideña en aquella época victoriana nublaba cualquier alerta en los jóvenes de  las malas intenciones de otros, o simplemente los adolescentes jamás se imaginaron que serían víctimas de una de las tragedias que marcaría a su condado por varias décadas después.

Ya en la madrugada del 24 de diciembre  comenzaría un incendia voraz en la casa de los Gibbons, los 3 chicos habían quedado atrapados en el interior y habían muerto quemados vivos. Sin embargo  cuando sus cuerpos fueron sacados de las llamas y se les hizo la respectiva revisión forense, se determinó la causa original que llevó a tan atroz crimen.

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