- Vivir para agradar a Dios (vv. 1–8): Pablo exhorta a los creyentes a vivir vidas santas que agraden a Dios, evitando la inmoralidad sexual, controlando sus cuerpos en santidad y honor, y sin perjudicar a otros. Dios los llama a la pureza, y rechazar esta enseñanza es rechazar a Dios mismo, quien da su Espíritu Santo.
- Amor y vida diaria (vv. 9–12): Les felicita por su amor fraternal, pero los anima a seguir creciendo en él. También les aconseja vivir tranquilamente, ocuparse de sus propios asuntos y trabajar con sus manos para ganar respeto y no depender de otros.
- Esperanza en la resurrección (vv. 13–18): Pablo los consuela respecto a los creyentes que han muerto, asegurando que resucitarán cuando Jesús regrese. El Señor descenderá con voz de mando, los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego los creyentes vivos serán arrebatados junto con ellos para encontrarse con el Señor. Les anima a consolarse mutuamente con esta esperanza.
En resumen: Pablo exhorta a los tesalonicenses a vivir vidas santas y llenas de amor, trabajar con diligencia y encontrar consuelo en la promesa del regreso de Cristo y la resurrección.