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Sin duda, algunas melodías también nos sanan el alma en los quebrantos de salud...
Mi hija se enfermó y cuando eso pasa, no quiere sociabilizar con nadie, ni conmigo que soy su mamá XD , así que le dije a mi esposo que se hiciera cargo de ella porque la niña, cada vez que tiene algún problema de salud, solo se entiende con él, con su papá, con nadie más.
Como es normal, un bebé enfermo en casa no deja que los adultos descansemos por el simple hecho de que ocupan la única forma que tienen de expresar sus malestares cuando no hablan todavía: el llorar. Cuando mi hija se enferma tiene unos pulmones muy favorecidos porque se vuelve cantante lírica profesional debido a la cantidad de notas musicales en estilo soprano que emite su voz al derramar lágrimas.
Era casi medianoche. Benjamín la tomó en sus brazos y se encerró en nuestra habitación con ella mientras el resto de la familia estábamos en la sala de la casa, preocupados porque la fiebre no bajaba ni con los medicamentos que le prescribió el pediatra.
Sin embargo, en mi corazón tenía paz, así que les dije a todos, especialmente a mis suegros que fueron los que más estresados estaban por su nieta, que teníamos que esperar, que debíamos darle al cuerpo de la niña un tiempo prudencial para que se recupere y comience a responder a los fármacos y que así la infección vaya cediendo.
Yo hablaba por experiencia, no solo por mi corazón de madre que confía en que sus hijos van a estar bien, sino por lo que viví y experimenté en el pasado, hace casi cuatro años. Todos nos fuimos a nuestras habitaciones para intentar descansar, descansar y rezar al único que para nosotros tiene las soluciones ante "posibles imposibles": nuestro Creador.
Cuando entré en la habitación, vi a mi esposo arrullando a nuestra hija mientras se paseaba por toda la habitación... Esa escena me recordó tantas cosas, al punto de las lágrimas, no por la vulnerabilidad de Shprintzel, sino por la canción que mi esposo estaba cantando, casi susurrándola, como si fuera una melodía de cuna.
Cada palabra que decía, cada frase me recordaba a mí misma y más lágrimas salían porque en mi corazón, en mi mente todavía están difuminados episodios de mi vida que jamás podré olvidar porque estuve en una sala de cuidados intensivos, debatiéndome entre la vida y la muerte.
Una de las cosas que él hacía mientras me acompañaba, sentado en una silla que pidió la pusieran al lado de mi cama, era leer para mí, todos los días, pero en una ocasión, yo estaba muy estresada porque desperté de una pesadilla infernal, de esas que intentan matarte el alma.
No paraba de llorar y la única manera que mi esposo encontró para calmarme y estabilizar mis signos vitales fue cantar una melodía, pero no cualquier melodía, sino la misma que le cantó a mi hija hace algunos días para que se relajara un poco en medio del dolor:
Laleczka z saskiej porcelany
https://youtu.be/d8egVEecBPQ?feature=shared
La canción Laleczka z saskiej porcelany es una pieza emblemática de la música polaca, creada por el letrista Jacek Cygan y la compositora y cantante Majka Jeżowska. Estrenada en 1990 en el álbum Wow! de Jeżowska, la canción narra una historia poética y melancólica sobre una pequeña figura de porcelana sajona, una bailarina que vive en una cómoda junto a un espejo. La letra describe su existencia solitaria, sin padres ni añoranzas, rodeada de objetos antiguos como una alfombra persa, una "vasija orgullosa" y un candelabro.
La llegada de una figura de un príncipe de porcelana despierta en ella un sentimiento nuevo, un "corazón" que late, y sueña con bailar para él mientras él la aplaude en secreto. Sin embargo, la fragilidad del mundo de porcelana se hace evidente cuando un viento cierra una ventana y el príncipe se rompe, dejando a la laleczka sola de nuevo, con una lágrima de porcelana como símbolo de su pérdida.
La canción, con su tono nostálgico y su melodía suave, evoca la fragilidad de la felicidad y el dolor de la pérdida, resonando profundamente con el público por su sensibilidad y lirismo.
La canción ha trascendido generaciones, manteniendo su relevancia en la cultura polaca, desde su inclusión en materiales educativos del Museo de la Canción Polaca en Opole hasta su uso en obras teatrales para niños, como una pieza de 1928 de Maria Gerson-Dąbrowska, que comparte el título pero no la historia. Su versatilidad y carga emocional la han convertido en un clásico, capaz de adaptarse a distintos contextos mientras conserva su esencia poética.
Yo también tenngo mi versión a través de este "Cover-Karaoke" en el video de BlurtMedia...
Creo que hasta aquí llegaré con mi reflexión personal el día de hoy. Gracias por acompañarme en este video de principio a fin. Quiera mi Creador y Sustentador permitirnos a mi esposo y a mí compartir en una nueva oportunidad que nos sea otorgada la vida.
Un fuerte abrazo y que tengas un excelente día, con paz por todo rincón.
Hasta pronto.
꧁•⊹٭𝙴𝚗𝚐𝚕𝚒𝚜𝚑 𝚝𝚛𝚊𝚗𝚜𝚕𝚊𝚝𝚒𝚘𝚗:٭⊹•꧂
Undoubtedly, some melodies also heal our souls during times of health struggles...
My daughter fell ill, and when that happens, she doesn’t want to interact with anyone, not even with me, her mom LOL... So, I told my husband to take care of her because whenever the girl has any health issues, she only connects with him, her dad, and no one else.
As is normal, a sick baby at home doesn’t let the adults rest, simply because their only way of expressing discomfort when they can’t yet speak is through crying. When my daughter gets sick, she has remarkably strong lungs because she turns into a professional lyric soprano, hitting countless musical notes with her voice as she sheds tears.
It was nearly midnight. Benjamin took her in his arms and secluded himself in our bedroom with her while the rest of the family stayed in the living room, worried because her fever wouldn’t go down, even with the medications prescribed by the pediatrician.
Yet, in my heart, I felt peace, so I told everyone, especially my in-laws, who were the most stressed about their granddaughter, that we needed to wait, that we had to give the girl’s body a reasonable amount of time to recover and respond to the medication, allowing the infection to subside.
I spoke from experience, not just from a mother’s heart that trusts her children will be okay, but from what I lived through and experienced almost four years ago. We all went to our rooms to try to rest, to rest and pray to the only one who, for us, holds the solutions to “possible impossibles”: our Creator.
When I entered the bedroom, I saw my husband cradling our daughter while pacing around the room... That scene brought back so many memories, to the point of tears, not because of Shprintzel’s vulnerability, but because of the song my husband was singing, almost whispering, as if it were a lullaby.
Every word he sang, every phrase, reminded me of myself, and more tears fell because in my heart and mind, episodes of my life that I’ll never forget remain blurred, moments when I was in an intensive care unit, hovering between life and death.
One of the things he did while keeping me company, sitting in a chair he asked to be placed next to my bed, was read to me every day. But on one occasion, I was extremely stressed because I woke up from a horrific nightmare, one of those that tries to kill your soul.
I couldn’t stop crying, and the only way my husband found to calm me and stabilize my vital signs was to sing a melody—not just any melody, but the same one he sang to my daughter a few days ago to help her relax amidst her pain:
Laleczka z saskiej porcelany
The song Laleczka z saskiej porcelany is an iconic piece of Polish music, created by lyricist Jacek Cygan and composer-singer Majka Jeżowska. Released in 1990 on Jeżowska’s album Wow!, the song tells a poetic and melancholic story about a small Saxon porcelain figurine, a ballerina who lives on a vanity beside a mirror. The lyrics describe her solitary existence, without parents or longings, surrounded by antique objects like a Persian rug, a proud vase, and a candelabra.
The arrival of a porcelain prince figure awakens a new feeling in her, a “heart” that beats, and she dreams of dancing for him while he secretly applauds. However, the fragility of the porcelain world becomes evident when a gust of wind slams a window shut, shattering the prince and leaving the little doll alone again, with a porcelain tear as a symbol of her loss.
The song, with its nostalgic tone and gentle melody, evokes the fragility of happiness and the pain of loss, resonating deeply with audiences for its sensitivity and lyricism.
The song has transcended generations, maintaining its relevance in Polish culture, from its inclusion in educational materials at the Polish Song Museum in Opole to its use in children’s theater, such as a 1928 piece by Maria Gerson-Dąbrowska, which shares the title but not the story. Its versatility and emotional depth have made it a classic, capable of adapting to different contexts while preserving its poetic essence.
I also have my version through this "Cover-Karaoke" in the BlurtMedia video...
I think this is where I’ll end my personal reflection for today. Thank you for joining me in this video from start to finish. May my Creator and Sustainer allow my husband and me to share again in a new opportunity granted by life.
A big hug, and may you have a wonderful day, with peace in every corner.
See you soon.
By RebeJumperSin duda, algunas melodías también nos sanan el alma en los quebrantos de salud...
Mi hija se enfermó y cuando eso pasa, no quiere sociabilizar con nadie, ni conmigo que soy su mamá XD , así que le dije a mi esposo que se hiciera cargo de ella porque la niña, cada vez que tiene algún problema de salud, solo se entiende con él, con su papá, con nadie más.
Como es normal, un bebé enfermo en casa no deja que los adultos descansemos por el simple hecho de que ocupan la única forma que tienen de expresar sus malestares cuando no hablan todavía: el llorar. Cuando mi hija se enferma tiene unos pulmones muy favorecidos porque se vuelve cantante lírica profesional debido a la cantidad de notas musicales en estilo soprano que emite su voz al derramar lágrimas.
Era casi medianoche. Benjamín la tomó en sus brazos y se encerró en nuestra habitación con ella mientras el resto de la familia estábamos en la sala de la casa, preocupados porque la fiebre no bajaba ni con los medicamentos que le prescribió el pediatra.
Sin embargo, en mi corazón tenía paz, así que les dije a todos, especialmente a mis suegros que fueron los que más estresados estaban por su nieta, que teníamos que esperar, que debíamos darle al cuerpo de la niña un tiempo prudencial para que se recupere y comience a responder a los fármacos y que así la infección vaya cediendo.
Yo hablaba por experiencia, no solo por mi corazón de madre que confía en que sus hijos van a estar bien, sino por lo que viví y experimenté en el pasado, hace casi cuatro años. Todos nos fuimos a nuestras habitaciones para intentar descansar, descansar y rezar al único que para nosotros tiene las soluciones ante "posibles imposibles": nuestro Creador.
Cuando entré en la habitación, vi a mi esposo arrullando a nuestra hija mientras se paseaba por toda la habitación... Esa escena me recordó tantas cosas, al punto de las lágrimas, no por la vulnerabilidad de Shprintzel, sino por la canción que mi esposo estaba cantando, casi susurrándola, como si fuera una melodía de cuna.
Cada palabra que decía, cada frase me recordaba a mí misma y más lágrimas salían porque en mi corazón, en mi mente todavía están difuminados episodios de mi vida que jamás podré olvidar porque estuve en una sala de cuidados intensivos, debatiéndome entre la vida y la muerte.
Una de las cosas que él hacía mientras me acompañaba, sentado en una silla que pidió la pusieran al lado de mi cama, era leer para mí, todos los días, pero en una ocasión, yo estaba muy estresada porque desperté de una pesadilla infernal, de esas que intentan matarte el alma.
No paraba de llorar y la única manera que mi esposo encontró para calmarme y estabilizar mis signos vitales fue cantar una melodía, pero no cualquier melodía, sino la misma que le cantó a mi hija hace algunos días para que se relajara un poco en medio del dolor:
Laleczka z saskiej porcelany
https://youtu.be/d8egVEecBPQ?feature=shared
La canción Laleczka z saskiej porcelany es una pieza emblemática de la música polaca, creada por el letrista Jacek Cygan y la compositora y cantante Majka Jeżowska. Estrenada en 1990 en el álbum Wow! de Jeżowska, la canción narra una historia poética y melancólica sobre una pequeña figura de porcelana sajona, una bailarina que vive en una cómoda junto a un espejo. La letra describe su existencia solitaria, sin padres ni añoranzas, rodeada de objetos antiguos como una alfombra persa, una "vasija orgullosa" y un candelabro.
La llegada de una figura de un príncipe de porcelana despierta en ella un sentimiento nuevo, un "corazón" que late, y sueña con bailar para él mientras él la aplaude en secreto. Sin embargo, la fragilidad del mundo de porcelana se hace evidente cuando un viento cierra una ventana y el príncipe se rompe, dejando a la laleczka sola de nuevo, con una lágrima de porcelana como símbolo de su pérdida.
La canción, con su tono nostálgico y su melodía suave, evoca la fragilidad de la felicidad y el dolor de la pérdida, resonando profundamente con el público por su sensibilidad y lirismo.
La canción ha trascendido generaciones, manteniendo su relevancia en la cultura polaca, desde su inclusión en materiales educativos del Museo de la Canción Polaca en Opole hasta su uso en obras teatrales para niños, como una pieza de 1928 de Maria Gerson-Dąbrowska, que comparte el título pero no la historia. Su versatilidad y carga emocional la han convertido en un clásico, capaz de adaptarse a distintos contextos mientras conserva su esencia poética.
Yo también tenngo mi versión a través de este "Cover-Karaoke" en el video de BlurtMedia...
Creo que hasta aquí llegaré con mi reflexión personal el día de hoy. Gracias por acompañarme en este video de principio a fin. Quiera mi Creador y Sustentador permitirnos a mi esposo y a mí compartir en una nueva oportunidad que nos sea otorgada la vida.
Un fuerte abrazo y que tengas un excelente día, con paz por todo rincón.
Hasta pronto.
꧁•⊹٭𝙴𝚗𝚐𝚕𝚒𝚜𝚑 𝚝𝚛𝚊𝚗𝚜𝚕𝚊𝚝𝚒𝚘𝚗:٭⊹•꧂
Undoubtedly, some melodies also heal our souls during times of health struggles...
My daughter fell ill, and when that happens, she doesn’t want to interact with anyone, not even with me, her mom LOL... So, I told my husband to take care of her because whenever the girl has any health issues, she only connects with him, her dad, and no one else.
As is normal, a sick baby at home doesn’t let the adults rest, simply because their only way of expressing discomfort when they can’t yet speak is through crying. When my daughter gets sick, she has remarkably strong lungs because she turns into a professional lyric soprano, hitting countless musical notes with her voice as she sheds tears.
It was nearly midnight. Benjamin took her in his arms and secluded himself in our bedroom with her while the rest of the family stayed in the living room, worried because her fever wouldn’t go down, even with the medications prescribed by the pediatrician.
Yet, in my heart, I felt peace, so I told everyone, especially my in-laws, who were the most stressed about their granddaughter, that we needed to wait, that we had to give the girl’s body a reasonable amount of time to recover and respond to the medication, allowing the infection to subside.
I spoke from experience, not just from a mother’s heart that trusts her children will be okay, but from what I lived through and experienced almost four years ago. We all went to our rooms to try to rest, to rest and pray to the only one who, for us, holds the solutions to “possible impossibles”: our Creator.
When I entered the bedroom, I saw my husband cradling our daughter while pacing around the room... That scene brought back so many memories, to the point of tears, not because of Shprintzel’s vulnerability, but because of the song my husband was singing, almost whispering, as if it were a lullaby.
Every word he sang, every phrase, reminded me of myself, and more tears fell because in my heart and mind, episodes of my life that I’ll never forget remain blurred, moments when I was in an intensive care unit, hovering between life and death.
One of the things he did while keeping me company, sitting in a chair he asked to be placed next to my bed, was read to me every day. But on one occasion, I was extremely stressed because I woke up from a horrific nightmare, one of those that tries to kill your soul.
I couldn’t stop crying, and the only way my husband found to calm me and stabilize my vital signs was to sing a melody—not just any melody, but the same one he sang to my daughter a few days ago to help her relax amidst her pain:
Laleczka z saskiej porcelany
The song Laleczka z saskiej porcelany is an iconic piece of Polish music, created by lyricist Jacek Cygan and composer-singer Majka Jeżowska. Released in 1990 on Jeżowska’s album Wow!, the song tells a poetic and melancholic story about a small Saxon porcelain figurine, a ballerina who lives on a vanity beside a mirror. The lyrics describe her solitary existence, without parents or longings, surrounded by antique objects like a Persian rug, a proud vase, and a candelabra.
The arrival of a porcelain prince figure awakens a new feeling in her, a “heart” that beats, and she dreams of dancing for him while he secretly applauds. However, the fragility of the porcelain world becomes evident when a gust of wind slams a window shut, shattering the prince and leaving the little doll alone again, with a porcelain tear as a symbol of her loss.
The song, with its nostalgic tone and gentle melody, evokes the fragility of happiness and the pain of loss, resonating deeply with audiences for its sensitivity and lyricism.
The song has transcended generations, maintaining its relevance in Polish culture, from its inclusion in educational materials at the Polish Song Museum in Opole to its use in children’s theater, such as a 1928 piece by Maria Gerson-Dąbrowska, which shares the title but not the story. Its versatility and emotional depth have made it a classic, capable of adapting to different contexts while preserving its poetic essence.
I also have my version through this "Cover-Karaoke" in the BlurtMedia video...
I think this is where I’ll end my personal reflection for today. Thank you for joining me in this video from start to finish. May my Creator and Sustainer allow my husband and me to share again in a new opportunity granted by life.
A big hug, and may you have a wonderful day, with peace in every corner.
See you soon.