Hay que estar muy vigilantes en consciencia para no caer en la inconsciencia de las teorías y creencias de particularista exclusivismo de divisor enjuiciar, que, tomadas por razonables y ajustadas a la realidad cuando no son más que ensueño e ilusión, sólo traen discordia y pesar, resentimiento e inquina. Puesto que lo personal, por su limitado percibir, acaba siempre en la ponzoñosa maledicencia que nos tienta a alejarnos de la universal plenitud de la Divina Unicidad que en esencia nos alienta y sustenta.