06.28.2016 - By Ignacio Jaén, consultor de Branding y Marketing estratégico
La elección de un partido es como la elección de un producto. Los partidos políticos son marcas y se posicionan en un mercado. Los ciudadanos compran esas marcas en función del por qué no del qué. No se compra el producto, el programa, se compra la afinidad emocional con aquellos problemas que más nos acucian. Los partidos lo saben, por eso dejaron de presentar sus programas y nos hablan directos al corazón. Apelan a nuestros bolsillos, a nuestros miedos, a nuestras esperanzas a nuestros deseos. Nosotros, clientes que buscamos la autorealización y la felicidad, votamos siempre con miedo o con ilusión, nunca con racionalidad.