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“Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.”
Jeremías 29:13 (NVI)
En la montaña, podemos…
“Un día en que Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios. Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía… Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza…”
Éxodo 3:1-2; 4 (NVI)
“…Elías se levantó, y comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios. Allí pasó la noche en una cueva. Más tarde, la palabra del Señor vino a él. ‘¿Qué haces aquí, Elías?’ le preguntó. ‘Me consume mi amor por ti, Señor Dios Todopoderoso,’ respondió él. ‘Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!’ El Señor le ordenó: ‘Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí.’”
1 Reyes 19:8-11 (NVI)
“Entonces el Señor le dijo: ‘Regresa por el mismo camino que viniste…’”
1 Reyes 19:15 (NTV)
“Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, el hermano de Jacobo, y los llevó aparte, a una montaña alta. Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús... Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: ‘Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!’”
Mateo 17:1-3; 5 (NVI)
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“Me buscarán y me encontrarán cuando me busquen de todo corazón.”
Jeremías 29:13 (NVI)
En la montaña, podemos…
“Un día en que Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios. Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía… Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza…”
Éxodo 3:1-2; 4 (NVI)
“…Elías se levantó, y comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios. Allí pasó la noche en una cueva. Más tarde, la palabra del Señor vino a él. ‘¿Qué haces aquí, Elías?’ le preguntó. ‘Me consume mi amor por ti, Señor Dios Todopoderoso,’ respondió él. ‘Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!’ El Señor le ordenó: ‘Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí.’”
1 Reyes 19:8-11 (NVI)
“Entonces el Señor le dijo: ‘Regresa por el mismo camino que viniste…’”
1 Reyes 19:15 (NTV)
“Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, el hermano de Jacobo, y los llevó aparte, a una montaña alta. Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús... Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual salió una voz que dijo: ‘Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. ¡Escúchenlo!’”
Mateo 17:1-3; 5 (NVI)