La victoria cristiana en Las Navas de Tolosa quedó grabada en la memoria de los contemporáneos y en la de las siguientes generaciones como un hito fundamental en la historia de las relaciones bélicas entre cristianos y musulmanes.
Algunos interpretaron entonces, y siglos después muchos más han seguido considerándolo así, que la batalla fue el golpe de gracia que acabó con el Imperio almohade o incluso, yendo un poco más lejos, que causó la ruina definitiva de al-Ándalus.