Lección #356 Un Curso de Milagros
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“La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado. La curación no es sino otro nombre para Dios.
El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.”
14 ¿Qué soy?
Soy el Hijo de Dios, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el reflejo de Su Amor. En mí Su creación se santifica y Se le garantiza vida eterna. En mí el amor alcanza la perfección, el miedo es imposible y la dicha se establece sin opuestos. Soy el santo hogar de Dios Mismo. Soy el Cielo donde Su Amor reside. Soy Su santa Impecabilidad Misma, pues en mi pureza reside la Suya Propia.
La corrección del error a través de la mirada del amor que solo es posible vivir con el perdón. Sanando nuestras mentes decidimos a ver la verdad que se despierta gracias a la Fe, esa que se requiere en medio de la mirada ilusoria que concibe el dolor como verdad.
Explicación:
La única enfermedad, reside en tu mente, en la idea de creer que eres un cuerpo, que eres un individuo capaz de morir, olvidando tu realidad, la unidad perfecta con Dios. Corregir tus pensamientos y regresar a la verdad es el milagro que hoy ofreces al mundo para sanar la creación de la ilusión.
“Padre, prometiste que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese hacerte. No importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido. Él es Tu Hijo, y Tú le contestarás. El milagro es un reflejo de Tu Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe. Tu Nombre reemplaza a todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor alguno. Tu Nombre es la respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nombre él invoca el suyo propio.”
Práctica:
Lee lenta y pausadamente la lección y la explicación que la acompaña, luego entra en el profundo silencio para que sea la Voz De Dios que te guíe eIcon este recorrido, y puedas sentir La Paz que Él te brinda con su presencia y la manera en la que revelará lo que significas para Él, cuando aceptas su unión perfecta, esa que jamas ha desaparecido.
Durante el día mantén presente la
Afirmación y recuérdala cada vez que sientas necesidad de ponerla en práctica.
“La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado. La curación no es sino otro nombre para Dios.
El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.”