Lección #365 Un Curso de Milagros

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Lecciones Finales:

En este tiempo, nos aproximamos al final de nuestro recorrido por el camino de la transformación de nuestras mentes; durante estas últimas 5 lecciones las palabras serán solo una Guía que dejará de tener importancia, dejaremos que se nos guíe con el encuentro de quien ha sido designando para el Gran Momento, en el que salimos de nuestro sueño recordando nuestro único propósito, el Perdón, ese que nos brinda La Paz, al ver la Santidad en todas las creaciones De Dios, el que nos recuerda lo que Él ya nos dio, nuestro verdadero tesoro. Nos encontraremos con la faz del amor y así saldremos de cualquier lección aprendida de Ira, furia, castigo y juicio inquisidor y encontraremos el corazón del Padre que reconoce en el hijo su reflejo, pues Él no solo ha dado sino se ha compartido, extendiéndose en cada parte que pensó que era eso, una parte pero que en realidad es el todo, es el Uno.

“Te entrego este instante santo.

Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.”

Explicación:

Hoy rendimos toda expectativa a el Espíritu Santo, sabemos que nuestra mente no interferirá en estas lecciones y así solo recibiremos lo que Dios ha dispuesto que nos sea entregado.

“Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. Él está a cargo a petición mía. Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.”

Práctica:

En la Mañana y en la noche inicia con la lección que te Guía,

“Te entrego este instante santo. Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz”, luego afirma:

“Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. Él está a cargo a petición mía. Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.”

Y entra en un profundo silencio para tan solo experimentar lo que se te ha de revelar.