En la actualidad, el concepto del legionario romano que se nos presenta está indisolublemente unido a las imágenes del cine y la televisión en las que por lo general nos los presentan en plena lucha, escupiendo testosterona por todos los poros. La realidad es que la vida del legionario era mucho mas que los episodios bélicos en los que participaba

Desde el año 264 en que Roma empieza sus enfrentamientos con Cartago, hasta el momento en que Odoacro destituye a Romulo Augustulo último emperador romano a finales del siglo V, pasan alrededor de 700 años en los que el poder militar romanó se impuso ante sus enemigos. Una parte fundamental en ese ejercito eran los legionarios, de los que desgraciadamente tenemos pocas fuentes en las que descubrir como era su vida. Nadie dejó escrito nada sobre la vida de los mismos, sin embargo, si es posible construir una imagen de la vida cotidiana de un legionario con los restos arqueológicos de todo tipo encontrados.

De todo este largo periodo de luchas de las legiones, nos vamos a centrar en los tres primeros siglos de nuestra era, que comprenden lo que se conoce como el Alto Imperio Romano, la mayor época de expansión de este.