Notas en Español e inglés 👇
Levítico 21 y 22: Valorando lo sagrado
Levítico 21:1-5
Levítico 22:2-3
--------------------------
El capítulo 21 y 22 son parte del mismo tema de las leyes estrictas para los sacerdotes, acerca de las cosas de las cuales debían guardarse para no contaminarse cuando estuvieran en tiempo de su servicio al Señor y también en su vida cotidiana.
Por ser descendientes de la tribu de Leví y, especialmente, los descendientes de Aarón, debían seguir unas normas más exigentes que el resto del pueblo, pues ellos eran los que estaban encargados de presentar las ofrendas al Señor.
Debo aclarar que muchas corrientes y sectas “religiosas” han tratado de usar estos reglamentos y los han tomado de forma literal, imponiéndolos como requisitos a sus líderes y ministros de sus denominaciones. Por ejemplo, una secta religiosa no permite que sus pastores tengan algún defecto físico, usando el capítulo 21 como referencia, lo cual contradice las enseñanzas del Señor, que nunca puso límites a sus discípulos, líderes y ministros.
Lo que debemos aplicar no es el texto literal, pues no somos levitas, ni hijos de Aarón. Lo que sí debemos aprender es el propósito de estas leyes.
El principal propósito de los sacerdotes es de que se guardaran puros para Dios, que supieran y recordaran a diario que ellos eran consagrados, o sea, separados para una misión importante, designados por Dios como sacerdotes del Dios viviente, según el orden de la ley de Moisés.
Es por eso que no debían hacerse marcas en el cuerpo, pues esa era la forma de muchos pueblos paganos para adorar a sus dioses o rendir honor a los muertos. El cuerpo del sacerdote pertenece a Dios y no deben herirlo o marcarlo con símbolos o marcas que representan honor a alguien más excepto al Señor.
Nosotros debemos tener una consagración similar. No practiquemos el pecado de la fornicación. El apóstol Pablo nos enseña que este es el único pecado que atenta contra el cuerpo. La promiscuidad marca el cuerpo y también el alma, destruyendo la dignidad del hombre y la mujer, perdiendo el verdadero valor de las relaciones de intimidad física, que es una conexión espiritual entre dos almas. Es por eso que es honroso el matrimonio, el compromiso de dos personas para unirse en cuerpo y alma, superando las diferencias que continuamente tienen que confrontar y resolver, para que nada ni nadie los separe y mantener esa unidad, similar a la de Dios con sus sacerdotes.
Recuerda las cosas que nosotros los gentiles solo debemos mantener de la ley de Moisés, lo dice en Hechos 15:19-21: “Por lo cual yo juzgo que no hay que inquietar a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de inmoralidad sexual, de lo estrangulado y de sangre. Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes le prediquen en las sinagogas, donde es leído cada sábado.”
También debían honrar al Señor respetando las cosas que eran dedicadas al Señor como lo dice el capítulo 22.
Los fariseos, saduceos y otras sectas del judaísmo terminaron perdiendo el verdadero sentido de la fe y se convirtieron en líderes con hambre de posición y poder, utilizaban sus posiciones de líderes religiosos y espirituales para manipular, abusar y mantener al pueblo lejos de la verdad.
Es por eso que, cuando Jesucristo vino como un Maestro que acercaba a la gente a Dios, ellos sintieron celos y buscaron la muerte de Jesús usando la ley de Moisés. Jesús usó la ley para mostrar la misericordia y el camino a la salvación.
Es por eso que Jesucristo no busca gente que se jacte de su propia justicia y piedad, sino que busca verdaderos adoradores que le adoren en espíritu y verdad.
Acércate como un sacerdote del Señor, guardándote de impurezas que contaminan tu alma, y más bien valora las acciones divinas que tenemos para acercarnos...