Notas en Español e inglés 👇
Levítico 7: Ofrenda a Dios con tus propias manos.
Levítico 7:28-38:
28 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 29 “Habla a los hijos de Israel y diles que el que ofrezca un sacrificio de paz al SEÑOR traerá su ofrenda al SEÑOR de su sacrificio de paz. 30 Con sus propias manos traerá la ofrenda que se ha de quemar para el SEÑOR. Traerá el sebo junto con el pecho, para que el pecho sea mecido delante del SEÑOR como ofrenda mecida. 31 El sacerdote hará arder el sebo sobre el altar, pero el pecho será para Aarón y sus hijos. 32 También darán al sacerdote, como ofrenda alzada, el muslo derecho de sus sacrificios de paz. 33 La porción del muslo derecho será para aquel que de entre los hijos de Aarón ofrezca la sangre y el sebo del sacrificio de paz. 34 Yo he tomado de los sacrificios de paz de los hijos de Israel el pecho de la ofrenda mecida y el muslo de la ofrenda alzada, y se los he dado al sacerdote Aarón y a sus hijos, como provisión perpetua de los hijos de Israel”.
35 Esta es la porción que corresponde a Aarón y la porción que corresponde a sus hijos de las ofrendas quemadas al SEÑOR, desde el día en que él los consagró para ser sacerdotes del SEÑOR. 36 Esto ordenó el SEÑOR el día en que los ungió, que les dieran de parte de los hijos de Israel como provisión perpetua a través de sus generaciones.
37 Estas son las instrucciones para el holocausto, para la ofrenda vegetal, para el sacrificio por el pecado, para el sacrificio por la culpa, para la ofrenda de la consagración y para el sacrificio de paz, 38 las cuales ordenó el SEÑOR a Moisés en el monte Sinaí cuando mandó a los hijos de Israel que presentaran sus ofrendas al SEÑOR en el desierto de Sinaí.
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Este es el último capítulo de la sección de este libro donde explica las diferentes clases de sacrificios y ofrendas para el Señor y encontrar el favor de Dios al perdonar nuestras ofensas.
Aquí vemos que por medio de estos sacrificios y ofrendas, una porción se presentaba a Dios quemándola en el altar de bronce, y otra parte se donaba a los sacerdotes y sus familias. Así, el sacerdote siempre tendría alimento en su casa, pues se dedicaba al ministerio del sacerdocio a tiempo completo.
Al final del capítulo, se hace el resumen de las diferentes clases de ofrendas: el holocausto, para la ofrenda vegetal, para el sacrificio por el pecado, para el sacrificio por la culpa, para la ofrenda de la consagración y para el sacrificio de paz.
En el verso 30 leemos una frase que me llamó mucho la atención, cuando Dios especifica que la ofrenda debía traerla personalmente el ofrendante.
Es especial como Dios remarca este detalle. Al Señor le agrada cuando sus hijos traen la ofrenda, indicando que el ofrendante está plenamente consciente del significado solemne e íntimo que hay entre Dios y él. Que la ofrenda es ofrecida con corazón voluntario y con amor. El hecho que alguien sacara el tiempo para ofrecer la ofrenda, estaba mostrando su devoción al Señor, su sincero agradecimiento y consagración. Además, parte de esa ofrenda era traída al sacerdote, y pienso que también era un acto de agradecimiento y un gran privilegio poder poner en manos del sacerdote esta ofrenda para que él intercediera a Dios por él y también darle la porción que le correspondía a la familia sacerdotal.
El rey David fue alguien que sabía el valor de traer la ofrenda personalmente al Señor, y no daba cosas que le habían obsequiado sino de sus propios recursos.
Cuando una plaga estaba exterminando al pueblo de Israel, Dios ordenó a David traer una ofrenda para que la plaga se detuviera. David corrió hacia el lugar donde la plaga iba a pasar, en el terreno que le pertenecía a Arauna.
Arauna, al ver al rey, ofrece el terreno, unos bueyes y madera para el sacrificio, pero David respondió: “No, sino que por su precio te lo compraré, porque no ofreceré al SEÑOR mi Dios...