Estudió física durante cinco años y al mismo tiempo comenzó a colaborar en la mítica revista “El grillo de papel” –porque escribe desde que tenía 16 años- que dirigía quien luego se convirtió en su gran maestro y amigo: Abelardo Castillo. Con él co fundó otras dos publicaciones: “El escarabajo de oro” y "El Ornitorrinco", que se editó hasta 1985, una de las más importantes en el campo de la resistencia cultural a la dictadura cívico militar del 76. “El lector no está solo nunca y ese es el lector que a mí me interesa”, dice Heker, una de las mayores exponentes de la literatura argentina. Tan menuda y tan grande.