La herida de evitación se puede confundir con abandono o rechazo. Este episodio hace hincapié en nuestro derecho a existir. Anular nuestra existencia, evitar la adversidad y hacer de cuenta como si no pasara nada son algunos de los ejemplos de esta herida. Luis Fernando Flores propone establecer vínculos a los cuales podamos enseñarles lo que es opuesto a evitar: enfrentar cara a cara, recibir, nombrar y existir.