Existen pecados que desafían directamente la santidad de Dios, y entre ellos, los relacionados con la sexualidad tienen un peso único y devastador. La Biblia no solo los condena, sino que también nos muestra cómo estas transgresiones desencadenaron juicios divinos severos, como la destrucción de Sodoma y Gomorra. ¿Por qué seguimos ignorando estas advertencias? Hoy exploraremos los cuatro pecados sexuales más condenados en la Palabra de Dios, siendo el último el más aterrador por sus consecuencias físicas, espirituales y generacionales. Desde el adulterio, que desgarra familias y reinos, hasta la fornicación, hoy tristemente normalizada, descubriremos cómo cada una de estas ofensas ha impactado la historia bíblica y cómo sus efectos todavía resuenan en nuestra sociedad actual. ¿Sabías que la Biblia condena prácticas como la prostitución y la lujuria desenfrenada, ya que corrompen tanto a individuos como a comunidades enteras? Y lo más impactante: ¿sabías que el incesto y la bestialidad, considerados como los pecados más graves, no solo violan los principios morales establecidos por Dios, sino que también arrastran maldiciones sobre generaciones futuras?