En el sur de Francia, se comenzaron a desarrollar comunidades que organizaban su vida de una forma que desafiaba la autoridad de la iglesia católica. Estos grupos eran movimientos religiosos cristianos de carácter gnóstico y esto fue considerado como una herejía. Los cátaros creían que el mundo físico, ese que nos rodea, había sido creado por Satanas, así como las guerras, la carne que guarda el pecado y la misma iglesia. Acompañenos y conozcamos esta fascinante historia y su macabro final.