En este episodio especial de “Sálvese quien quiera”, Alexander comparte una historia real llena de gratitud, fe y emoción.
Después de tres semanas en Chiclayo, entre reencuentros y nuevas amistades, descubre cómo Dios puede usar cada sonrisa, cada plato compartido y cada abrazo para recordarnos que Su amor está vivo en las personas.
Un mensaje profundo que toca el alma y nos invita a valorar los lazos que el Señor nos permite crear.
Prepárate para sentir, recordar y dar gracias… porque cuando Dios une corazones, ni la distancia puede separarlos. 💛