El episodio explora la legendaria invención de los espejos ardientes de Arquímedes, supuestamente utilizados para defender Siracusa de los romanos en el 212 a.C. A través de un análisis histórico y científico, el capítulo investiga la viabilidad de esta técnica, su lugar en la historia y las innovaciones confirmadas del genio griego, como las grúas y catapultas avanzadas. Más allá de los hechos, se reflexiona sobre cómo la historia simboliza el ingenio frente a la fuerza bruta, dejando un legado que trasciende la veracidad del mito.