Los enemigos de Dios blasfeman el nombre de Cristo (2:7). La segunda pregunta retórica de Santiago es: "¿No blasfeman ellos el buen nombre por el cual ustedes han sido llamados?" Llamados se refiere a la práctica de una esposa que toma el nombre (apellido) de su esposo, o un hijo que toma el nombre (apellido) de su padre. Los cristianos toman el nombre de su Salvador, Jesucristo.