Elías podía orar como lo hacía porque conocía al Dios viviente. El relato de 1 Reyes 17:1 no declara directamente que Elías oró para que no lloviera. Más bien, apareció ante Acab y anunció: “Vive el Señor, Dios de Israel, delante de quien estoy, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca”.