El derramamiento inicial del Espíritu en Pentecostés estuvo marcado por tres fenómenos simbólicos. Primero, se escuchó el sonido de un viento violento que llenó la casa. Luego, estaba la señal visible de lenguas de fuego reposando sobre cada persona. Finalmente, estaba el milagroso hablar en lenguas extranjeras que nadie había aprendido previamente...