Es solo a través de Cristo y lo que Él hizo por nosotros, no a través de nada en nosotros, que podemos ser salvos.
Si somos escogidos en Cristo, no es por nosotros mismos... El nombre de Cristo excluye todo mérito humano. Además, la salvación debe rastrearse hasta el propósito eterno de Dios a través de Jesucristo y todo lo que Él hizo por nosotros. No fuimos elegidos por nada en nosotros, sino que fuimos elegidos en Él.