Aquellos que sólo son oidores de la palabra olvidan lo que oyeron.
El punto principal de la ilustración de Santiago sobre el hombre y el espejo es que olvida rápidamente lo que vio en el espejo. El espejo no tiene la culpa. Lo dice como es. Nos muestra cómo somos realmente. Santiago no está describiendo a un hombre con mala memoria, sino a un hombre con pocas prioridades. No recuerda lo que vio en el espejo porque no lo considera muy importante.