La respuesta cristiana al ser agraviado es hacer lo correcto con tu enemigo, dejando toda venganza en manos de Dios. La respuesta incorrecta al ser agraviado es devolverlo con el mal.
La respuesta cristiana al ser agraviado es hacer lo correcto con tu enemigo, dejando toda venganza en manos de Dios. La respuesta incorrecta al ser agraviado es devolverlo con el mal.