Las obras de Rahab probaron que su fe era genuina (2:25).
Santiago pudo haber escogido a Rahab para contrastarla con Abraham. Él era el patriarca venerado; ella era la prostituta redimida. Él fue el padre de los hebreos; ella era una extranjera pagana. Él era un hombre; ella era una mujer O, puede haber una comparación sutil, en que tanto Abraham como Rahab fueron modelos de fe y hospitalidad, en contraste con la fe muerta del hombre mencionado en Santiago 2:15-16.