Violar la ley de Dios en cualquier nivel es un asunto serio (2:10-11). Otro aspecto del argumento de Santiago es la frase, "el que dijo", que se refiere a Dios.
Si vemos la ley como una serie de mandamientos individuales, podemos suponer que la desobediencia de un mandamiento en particular incurre en culpa por ese mandamiento solamente.