Somos salvos porque Dios nos predestinó de acuerdo a Su propósito.
Esto significa que el Dios omnisciente ha determinado todo de antemano, tanto las personas como las cosas en la historia de la salvación, con Jesucristo como meta.
Somos salvos porque Dios nos predestinó de acuerdo a Su propósito.
Esto significa que el Dios omnisciente ha determinado todo de antemano, tanto las personas como las cosas en la historia de la salvación, con Jesucristo como meta.