Debemos orar para que Dios conceda que Su pueblo lo conozca más profundamente.
La vida eterna es una relación personal con el Dios vivo. Y las relaciones personales no funcionan en piloto automático. Enamorase por primera vez puede parecer sencillo, pero se necesita un esfuerzo deliberado para mantener un matrimonio unido y creciendo a medida que pasan los años. Lo mismo es cierto en la relación con el Señor.