Manuel Rodríguez Lozano Manuel Rodríguez Lozano es un muralista mexicano disociado del resto por voluntad propia. Pintor, dibujante, escritor, escenógrafo, maestro, autodidacta, y viajero interesado en las vanguardias, inició una trayectoria en la que, al igual que los muralistas, se interesó por la plástica popular pero con un afán más universal. Las primeras obras de Rodríguez Lozano son homenajes a la vida nocturna, a la modernidad. De esta época, su retrato de Salvador Novo o “El Taxi” es una obra considerada cumbre del lenguaje vanguardista en México. En ella vemos la ventana de un taxi que funge como marco, pero también es umbral hacia un exterior siempre fascinante e incierto. Cuando en 1925 Manuel Rodríquez Lozano regresó a París, Alfonso Reyes lo presentó con artistas e intelectuales de varios países que residían en esta ciudad. El contacto con Braque y Picasso lo marcarían para siempre. En 1949, Rodolfo Usigli escribió de Rodríguez Lozano: “Su amor por el pueblo es activo y lleno de fe. Ama al indio y lo ha pintado, pero desnudándolo del ropaje abominable de lo pintoresco.” Patrimonio Artístico Inmueble La Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble (DACPAI) y el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), dependencias del Instituto Nacional de Bellas Artes, se ocupan de la conservación y catalogación del patrimonio artístico en México. La DACPAI brinda apoyo a los proyectos arquitectónicos en edificios de los siglos XX y XXI catalogados por el INBA, mientras que los edificios anteriores al siglo XX son patrimonio del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Entre sus principales tareas se encuentran la identificación del patrimonio y la divulgación de la arquitectura. En la labor de conservación es muy importante el proceso de investigación, basado en trabajo de campo y análisis de fotografía histórica. En México existen más de 20 mil inmuebles catalogados; en la Ciudad de México, la delegación Cuauhtémoc es la que más edificios concentra; y de los estados, Mérida y Puebla ocupan los primeros lugares. De todos ellos, sólo unos cuantos son declarados como monumento artístico. La conservación de nuestro patrimonio artístico tiene un claro objetivo: conocer para conservar y conservar para disfrutar, y es responsabilidad de todos contribuir en este importante proceso.