Palabra de Dios: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” Isaías 9:6-7

Perlas: Isaías profetizó el nacimiento del Mesías, profetizó la magnitud de Su gobierno y profetizó cómo sería llamado y reconocido. ¡Qué clase de niño el que nació! Es hermoso cuando dice “un niño nos es nacido”…Él nació para y por nosotros, la provisión de Dios Padre para alcanzarnos, reconciliarnos con Él, perdonarnos y salvarnos. Jesús dejó Su trono, para nacer en un pesebre y morir en una cruz, por amor a ti y a mí.

Creyentes y no creyentes siguen celebrando Su nacimiento aún más de 2000 años después. Creyentes y no creyentes al escribir fechas, tienen que reconocer que la historia quedó partida en dos, antes y después del nacimiento de Cristo. El impacto de la persona de Jesús, Su nacimiento, Sus enseñanzas, los milagros que realizó, Su sacrificio, Su muerte en la cruz, Su resurrección, la tumba vacía, Sus primeros discípulos, el nacimiento de la iglesia…todo lo que tiene que ver con Jesús ha impactado el mundo entero, la historia, el pasado, el presente, el futuro, y la eternidad. Billones de personas le han seguido y le siguen. Existen millones y millones de iglesias alrededor del mundo. Su Nombre, Su obra y Su poder se siguen propagando por toda la tierra…lo dilatado de Su imperio y Su poder no tienen fin…y van en aumento.

Jesús es el Hijo de Dios. Es la segunda persona de la Trinidad. Creemos en un Dios, es un solo Dios, pero son tres personas distintas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. De la Trinidad, Jesús es el que vino y habitó entre nosotros. Él fue el Cordero de Dios, el sacrificio perfecto para limpiarnos de toda maldad, para traer reconciliación entre Dios y nosotros, y poder ser adoptados como hijos…todo esto es posible por causa de la obra de Jesús en la cruz, y en la vida de todo aquel que crea en Él.

Isaías profetizó que Jesús sería llamado: Admirable. Hablemos hoy de este aspecto del nombre de Jesús. Jesús es admirable. Todo acerca de Él es digno de admiración. Solo basta con leer Su vida y Su obra cuando pasó por la tierra, para quedar maravillados y admirados. ¿Qué es admirable acerca de Jesús? Su carácter, Su sabiduría, Su poder, Su capacidad para amar y perdonar, Su obediencia hasta la muerte y muerte de cruz. Jesús dio vista a los ciegos, sanó a los enfermos, resucitó muertos. Jesús caminó sobre el agua, calmó los vientos y las aguas. Jesús desenmascaró a los religiosos. Jesús alimentó a más de 15.000 personas con solo 5 panes y dos peces. Fue tentando en todo pero no pecó. Jesús, aunque era Dios y todopoderoso, se mantuvo humilde, sirvió, amó, lavó los pies de Sus discípulos, y no abrió su boca para defenderse. Su sabiduría y Sus respuestas dejó a todos, aún a los más sabios de la época, mudos y sin piso.

Admirable…Jesús es admirable. Su persona, Su carácter, Su poder y Su obra, no solo a partir de Su nacimiento en esta tierra, sino desde el inicio de los tiempos (porque Él ha existido desde la eternidad con el Padre y con el Espíritu Santo) hasta hoy, Su obra en ti y en mí…y nos resta toda una eternidad para admirarlo y maravillarnos de Quién es Jesús.

Jesús es el Salvador. El unigénito Hijo de Dios. Jesús es el Señor de señores. Jesús es el Rey de reyes. Jesús es nuestro abogado. Jesús es nuestro Redentor. El Rey que perdona y sana. Jesús, el Cordero que fue inmolado. Aquel sobre quien cayó toda nuestra rebelión, pecados, maldiciones y enfermedades...

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 Podcast original de canaanusa.org & Liliana García