Hogares De Pacto Devocional

Marzo 4: Reparar y restituir. Lucas 19


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Lucas 19:
1 Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad.
2 Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, 3 procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura.
4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
7 Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado.
9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Es muy especial la forma en que Zaqueo entregó su vida a Jesús. Vemos como él tenía hambre y sed de conocer a Jesús; y Jesús, al mirar su intención y su esfuerzo, le pidió entrar en su casa inmediatamente. Zaqueo recibió el mensaje de salvación, y como muestra de su arrepentimiento, primero tomó la impresionante decisión de vender la mitad de sus bienes para ayudar a los pobres, lo cual demuestra que su corazón ya no estaba apegado a las riquezas terrenales y que ayudando al necesitado es una forma de hacer crecer la cuenta en el banco de los cielos.
Pero no solo eso, sino que entendió la importancia de la reparación. El trabajo de Zaqueo, como recolector de impuestos, es un trabajo donde fácilmente se puede abusar de la autoridad y cobrar más de lo debido. Zaqueo estaba haciendo un compromiso en público para restaurar a aquel que se haya sentido defraudado por él.
La lección de hoy es que cuando cometemos algún error, es importante hacer obras de reparación o restitución, y no estoy hablando precisamente de hacerlo con dinero. Sino que cuando cometemos una falta contra alguien, por ejemplo, contra tu esposo o tu esposa, no solamente digamos: ‘discúlpeme’ o ‘perdón’, sino que también reparemos con acciones de sincero arrepentimiento y demostrandolo con cambios drásticos en nuestra actitud.
Aprendamos a disculparnos. Primero hay que reconocer el error, hay que declararlo en público, es decir, a la persona afectada por mi error, y hay que hacer acciones para demostrar de que hemos reconocido nuestra equivocación, como no volver a cometer el mismo error deliberadamente, mostrando nuestro esfuerzo genuino hacia el cambio, y haciendo acciones que cubran el daño cuando sea posible. 

Si practicamos esto, nuestros hijos mirarán que no somos padres perfectos pero que somos responsables con nuestras acciones. Así seremos un modelo para ellos, y de la misma manera, ellos practiquen el perdón y la restitución cuando cometan una falta.

La gente veía en Zaqueo un pecador pero Jesús vio a alguien digno de ser perdonado, y de brindarle la oportunidad de una nueva vida, un nuevo comienzo. 

Jesús nunca se equivoca. 

Que el Señor escuche tu oración y te dé un corazón sabio cuando debemos disculparnos y restituir al afectado. 
No olvides leer todo el capítulo completo.

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Hogares De Pacto DevocionalBy PODERcaster. Eduardo Rodríguez