Uno de los regalos que más aprecio es poder ser testigo de la transformación de un individuo en conciencia, crecimiento y despertar. Cuando además es una persona tan cercana el gozo, respeto, orgullo y admiración es inconmensurable.
Esta es una charla con mi mejor amigo sí, pero sobre todo con este ser que cómo todos, ha tenido sus momentos de oscuridad y desafíos. Historia que sentí valiosa compartir con el fin de, más que ser practicantes de yoga, (ojalá), pueda tocarlos e inspirarlos a buscar su propio camino, su voz y su propósito de vida.
¡Que lo disfruten!
Namasté.