El 26 de mayo de 1991, el piloto de Fórmula 1 Niki Lauda, que es además propietario de una aerolínea, colabora con los investigadores para averiguar por qué el vuelo 004 de Lauda Air cayó en picado y se estrelló durante un vuelo entre Bangkok y Viena. No tarda en descubrir un sorprendente fallo de diseño que podría afectar a los vuelos de pasajeros de todo el mundo.