El 24 de febrero de 1989, el vuelo 811 de United Airlines despega de Honolulu, Hawai. Pero minutos después de despegar; la enorme compuerta de carga del Boeing 747 se desprende creando un gran agujero en el costado del avión. A pesar de los daños logran aterrizar en Honolulu. Se pierden 9 vidas.