Diez de enero de 2000, en una carretera cercana a Zurich, Suiza, una bola de fuego iluminó el cielo, era el accidente del vuelo 498 de Crossair en el murieron todos los pasajeros y la tripulación completa. Los investigadores de accidentes aéreos se enfrentaron a un gran reto cuando intentaron recomponer lo que había pasado, las pruebas del lugar del accidente apuntaban a una posibilidad sorprendente, el piloto podía no haber estado en condiciones para volar.