El 20 de enero de 1992, el vuelo 148 de Air Inter se estrelló contra las montañas de los Vosgos mientras daba vueltas para aterrizar en el aeropuerto de Estrasburgo, matando a 87 personas. Un error en la programación del piloto automático del Airbus A-320, combinado con un cambio repentino de viento, hizo que el avión descendiera más rápido de lo esperado chocando contra las montañas en una noche de frío glacial. A pesar de lo violento del impacto había supervivientes pero los servicios de rescate tenían un problema que no se presenta en zonas pobladas como las que cayó el avión, no sabían la zona exacta en la que Airbus había caído.