1 Corintios 14 RVA2015:
Empéñense en seguir el amor y ambicionen los dones espirituales, sobre todo el de profecía. Porque el que habla en lenguas no habla a los demás, sino a Dios. En realidad, nadie le entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu. En cambio, el que profetiza habla a los demás para edificarlos, animarlos y consolarlos. El que habla en lenguas se edifica a sí mismo; en cambio, el que profetiza edifica a la iglesia. Yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero mucho más que profetizaran. El que profetiza aventaja al que habla en lenguas, a menos que este también interprete, para que la iglesia reciba edificación.
Hermanos, si ahora fuera a visitarlos y les hablara en lenguas, ¿de qué les serviría, a menos que les presentara alguna revelación, conocimiento, profecía o enseñanza? Aun en el caso de los instrumentos musicales, tales como la flauta o el arpa, ¿cómo se reconocerá lo que tocan si no dan distintamente sus sonidos? Y, si la trompeta no da un toque claro, ¿quién se va a preparar para la batalla? Así sucede con ustedes. A menos que su lengua pronuncie palabras comprensibles, ¿cómo se sabrá lo que dicen? Será como si hablaran al aire. ¡Quién sabe cuántos idiomas hay en el mundo, y ninguno carece de sentido! Pero, si no capto el sentido de lo que alguien dice, seré como un extranjero para el que me habla, y él lo será para mí. Por eso ustedes, ya que tanto ambicionan dones espirituales, procuren que estos abunden para la edificación de la iglesia.
Por esta razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo que diga. Porque, si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento no se beneficia en nada. ¿Qué debo hacer entonces? Pues orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento. De otra manera, si alabas a Dios con el espíritu, ¿cómo puede quien no es instruido decir «amén» a tu acción de gracias, puesto que no entiende lo que dices? En ese caso tu acción de gracias es admirable, pero no edifica al otro. ➡️🎙️El apóstol Pablo está aclarando cómo se maneja el don de lenguas y nos anima a que desarrollemos el don de profecía.
El apóstol Pablo nos enseña que, aunque el don de lenguas es una forma de alabar a Dios en un idioma espiritual, lo que realmente nos va a edificar tanto a nosotros como a los que nos oyen es una palabra clara en el idioma en el que nosotros hablamos.
En este caso el don de profecía es esa palabra que Dios nos da para edificar, animar y consolar a los que nos rodean.
Tanto el don de lenguas como el don de profecía son dones dados por el Espíritu, y son manifestaciones extraordinarias pero su función es diferente.
El don de lenguas edifica al que lo está ejerciendo cuando habla con Dios, y es una forma más íntima entre el creyente y el Señor.
El don de profecía es más para edificación al prójimo.
De la misma forma, el don de profecía no es solamente para ejercerlo en medio de la congregación. Te animo para que desarrolles el don de profecía que es para instruir, para animar, para levantar, para ayudar a aclarar dudas y temores en los que Dios ha puesto a tu cargo.
Como padres debemos profetizar sobre nuestros hijos. Profetizar es afirmar, aconsejar y consolar sus corazones para disipar espíritus de duda, incredulidad, tristeza, e inseguridades que tanto atacan a nuestros hijos.
Profetiza sobre tu esposo que sea ese varón guerrero, que pelee las batallas del Señor y que sea el modelo a seguir de tu varoncito y el ejemplo de un caballero para tu hija.Profetiza sobre tu esposa que siga firme en su labor invaluable y extraordinaria como columna de su hogar, que Dios le dé palabras de amor y fuerzas para confortar a tu familia.
Profeticemos sobre nuestro hogar, congregación y ciudad. 🤔Consideremos: ¿De mi boca salen palabras para bendecir o maldecir?, ¿sanar o herir?, ¿palabras de sabiduría o palabras ociosas?
Soy tu amigo Eduardo Rodríguez.😇
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