Nuestro coraz贸n es enga帽oso y fr谩gil. Su sanidad depende de quello con que alimentamos la mente. S贸lo la Palabra de Dios puede saciar la necesidad del coraz贸n.
Nuestro coraz贸n es enga帽oso y fr谩gil. Su sanidad depende de quello con que alimentamos la mente. S贸lo la Palabra de Dios puede saciar la necesidad del coraz贸n.