Última actualización en octubre 31, 2019 por Patricia H. E.

Abraham-Hicks

Meditación de año nuevo inspirada por Abraham-Hicks

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Transcripción

Comienza un nuevo año. Me encanta la sensación de un nuevo comienzo que trae el año nuevo.   Es la época de nuevas resoluciones, de nuevos objetivos, de nuevas metas.  Se respiran nuevos comienzos en el aire fresco y rozagante. Todos hablan de sus resoluciones de año nuevo: Resolución de hacer más ejercicio físico. Resolución de comer más sanamente. Resolución de ser más productivo en el trabajo. Resolución de mejorar sus ingresos.  Deseo que todos logren sus resoluciones, todas y cada una de ellas, especialmente sus más anheladas.  Deseo que sus resoluciones les brinde mucha, mucha dicha y mucho bienestar. Y deseo, sobre todo, que todos sean felices en cada paso del camino al logro de sus resoluciones.

Me agrada la promesa del nuevo comienzo que me brinda el año nuevo.  Y aunque aprecio sinceramente la esperanza que me regala, sé que puedo disfrutar de un nuevo comienzo cada vez que yo quiera. No tengo que esperar a que llegue un nuevo año. Si la idea del año nuevo me llena de nuevas esperanzas o ilusiones, puedo empezar mi propio año nuevo cuando yo quiera. Sé que los estándares establecidos por la humanidad existen para mantener orden y continuidad. Sin embargo, sé también que me puedo fijar mis propios estándares si me fuera de provecho. Por lo tanto puedo proclamar mi propio año nuevo en cualquier momento, sin importar fechas o costumbres ya instauradas permanentemente.

Hoy declaro entonces mi propio año nuevo. Y hoy declaro mi resolución de año nuevo. Mi resolución, mi única resolución este nuevo año es la de sentirme bien cada día. Resuelvo sentirme bien no importa cuáles sean las condiciones que observe a mi alrededor. Resuelvo hacer de mi estado de ánimo mi prioridad de más alta importancia. Resuelvo sentirme lo mejor que pueda cada día. La de disfrutar cada día en el camino hacia mis sueños.  Esa es la meta, !la de disfrutar en el camino hacia la meta! ¡Esa es mi resolución!  Quiero disfrutar cada momento que me depare la vida. Y si acaso el pensar en que debo mantener mi resolución durante todo el año me abrumara, acortaré mi año al lapso de tiempo que más me convenga. Mi año es flexible, cambiante y elijo aquel que más me ayude. ¡Aquel que más me prometa! Y aún más sencillo: resuelvo sentirme bien solo por un día: este día, hoy solamente. Porque sé que no tengo más que este momento para vivir.  Sé que mi vida no es más que una sucesión de momentos, una sucesión de ahoras.  Sé que mi vida es ahora. Y sé que todo mi poder está en mi ahora. Y que mi felicidad eterna emerge en el momento. Es sólo el ahora el que importa, y me importa mucho disfrutarlo.  Quiero encariñarme, apasionarme; quiero ser la enamorada perpetua de mi ahora.

Sé que sintiéndome bien las cosas me salen bien y sin esfuerzo.  Tan fácil! Es un regalo inestimable saber que las cosas han de salir bien sin esforzarse, que sólo se requiere mi alineación con mi Yo Superior.  Ahora sé que sentirme bien es la clave para dejar venir a mi vida todos mis deseos que ya existen en mi vórtice, cumplidos, completos. Los cuales, además, ansían tanto reunirse conmigo, como yo reunirme con ellos. Ahora sé que sintiéndome bien es cómo permito en mi vida el esplendor que existe en mi vórtice.  Ahora lo sé, he echado vistazos, lo he vivido, y quiero más. Ahora distingo vivamente la recomendación inmejorable de Abraham de pensar y decir: Me encanta mi vida, me encanta mi vida ahora y espero con ganas lo que viene. Espero con ganas mi porvenir.

Desde que sigo a Abraham, he aprendido a apreciar, he aprendido que la apreciación es la llave que abre la puerta de mis deseos. Y a medida que he practicado sentir verdadera apreciación, he podido comprobar que el Universo no sólo me sigue cumpliendo ...