Una curiosa anécdota sucedida pocos días después de la llegada de Messi al Inter de Miami nos ayuda a pensar cómo Dios conoce nuestras necesidades y está siempre atento para solventarlas
Una curiosa anécdota sucedida pocos días después de la llegada de Messi al Inter de Miami nos ayuda a pensar cómo Dios conoce nuestras necesidades y está siempre atento para solventarlas