La historia comienza en una tienda de antigüedades en Sevilla, donde el padre Ramón regatea el precio de un Cristo de madera que luce muy deteriorado.
A la imagen le falta la cruz, también media pierna, un brazo y el rostro, ya que aparentemente fue profanada durante la Guerra Civil Española. No obstante, es una fina obra de arte que merece ser restaurada.
El padre Ramón se sorprende cuando el Cristo le prohíbe que lo restaure. El Cristo roto prefiere no ser restaurado, porque desea que sea visto su rostro: "el rostro de todos nuestros hermanos, los Cristos rotos vivos y sufrie