Son muchas las personas que han venido al Señor cuando ya estaban casadas y sus parejas hasta el día de hoy no han aceptado la fe que ellas proclaman. ¿qué puede hacer el creyente para ganar al no creyente? ¿debe continuar viviendo con él a pesar de que no comparte su misma fe? ¿qué debe hacer cuando esa persona quiere que usted participe en actividades “del mundo” y usted no está de acuerdo?